Repasando conceptos
En este artículo final, pretendo reflexionar
sobre lo que he aprendido estos últimos meses acerca de la educación literaria
y para ello, voy a seguir el orden de las actividades que he realizado.
Bloque 1: Análisis
y selección de un cuento de literatura infantil
Antes de empezar la asignatura, desconocía el
papel fundamental que desempeña el profesor en la selección de los cuentos.
Creía que se guiaban fundamentalmente por las indicaciones marcadas en cada
libro, en el apartado edad recomendada. Además desconocía por completo que
existen cuentos literarios y otros que, pese a tener un aspecto parecido, no lo
son.
Lo primero que tuve que aprender para
realizar este trabajo, es que no todos los cuentos pueden considerarse
literarios. Los cuentos literarios pueden entenderse como obras de arte; el
autor los escribió por el placer de escribir y contar una historia, no con una
intención didáctica. Si en cuento, los aprendizajes vienen explícitamente
marcados en el libro, estamos hablando de paraliteratura.
¿Eso significa que los cuentos literarios no
pueden enseñar cosas al lector? No, significa que todas las reflexiones y
aprendizajes quedan abiertos, para que el lector extraigas sus propias
conclusiones.
Gracias a este trabajo aprendí que hay que
tener cuidado a la hora de seleccionar un cuento, teniendo en cuenta varios
aspectos: el tema principal y los secundarios (ya que es importante que los
lectores los entiendan correctamente y los puedan vincular con sus
experiencias), los personajes (ya que los lectores deben poder identificarse
con alguno de ellos), el tipo de lenguaje (porque debe ser comprensible y
apropiado para la edad de los niños) y el formato del libro (debe ser manejable
y atractivo para el lector).
Como dato curioso, o que me llamó
especialmente la atención, es que un personaje negativo, no es el que
representa las adversidades a las que tienen que hacer frente los personajes
positivos, sino aquellos que se muestran apocados, no tienen personalidad y
necesitan que otros les ayuden.
Se que en el futuro tendré muy en cuenta estos
aprendizajes e intentaré seleccionar libros que consigan despertar en los niños
ilusión y amor por la lectura (adecuados a su edad tanto en contenido como en
formato), ya que si cometo errores en la selección, puedo desmotivar a los
niños y alejarles de la lectura, algo que, sin duda, será triste y peligroso.
Bloque 2: Textos
folclóricos. Selección y adaptación
Antes de empezar este trabajo, no sabía
exactamente a que hacia referencia la palabra textos folclóricos. Gracias a
este trabajo, entendí que eran aquellos cuentos transmitidos por vía oral a lo
largo del tiempo; lo que podemos entender comúnmente como cuentos de toda la
vida. Aquellas historias que nos han contado nuestros padres y abuelos en
numerosas ocasiones.
Tampoco sabía la gran importancia que tiene
el carácter oral a la hora de transmitir estos cuentos y la cantidad de temas
sobre los que se puede reflexionar a partir de las historias que plantean.
A lo largo de estos meses, he entendido que
es importante buscar momentos para
narrar este tipo de cuentos a los alumnos ya que los cuentos folclóricos, así como otros formatos de
literatura folclórica, son un recurso buenísimo para acercar a los niños
a la historia y la cultura de un país. Además nos ofrecen la posibilidad
de reflexionar, de manera conjunta, sobre los aspectos positivos y negativos
que ponen de manifiesto esas historias. Pese a lo que muchos puedan creer (yo
misma hace tres meses), Hansel y Gretel o
Caperucita Roja, no son cuentos infantiles, sino que son historias contadas
por y para los adultos, ya que plantean temas que requieren un profunda
reflexión sobre conceptos abstractos como la honestidad o la justicia.
¿Significa eso que debemos mantener alejados
a los niños de este tipo de cuentos? No, significa que quizá debas buscar o
realizar, como profesor, alguna adaptación adecuada para la edad de los niños y
esperar al momento evolutivo en el que puedan entender y analizar, como es
debido, los temas que se plantean en los relatos. De lo contrario, no podrán
crear un vínculo entre ellos y la historia, que es lo que se pretende.
A lo largo de mi
carrera profesional, he podido comprobar que rara vez se utilizan de
manera correcta este tipo de cuentos; en muchos casos no se espera al momento
adecuado y acaban siendo los adultos los que trasladan a sus alumnos las
conclusiones y reflexiones finales, privando a los niños la posibilidad de
darles su propio significado. Es importante dejar "la puerta abierta"
a las ideas del niño y valorar cualquier tipo de reflexión, por peregrina que
parezca. Son sus ideas las que importan, no las tuyas.
Bloque 3:
Literatura española y cultura literaria. La
semana literaria
Me siento bastante orgullosa del
trabajo que realice en este bloque, porque para mí suponía el reto más grande
de la asignatura. En primer lugar porque, lamentablemente, mis conocimientos
sobre la literatura española eran bastante escasos y en segundo lugar, porque
tenía que poner en marcha mi imaginación para programar yo sola un monográfico
semanal, con sus correspondientes actividades.
Lo primero que hice fue leer la
teoría sobre la historia de la literatura española y me di cuenta de que
desconocía muchas cosas. Gracias a este trabajo entendí la importancia que tuvo
el siglo XVI, también conocido como Siglo de Oro, para el desarrollo
literario y cultural de nuestro país. También descubrí que las Jarchas
Mozárabes son los primeros textos literarios de los que se tiene constancia en
nuestro país.
Para la semana literaria escogí a
Antonio Machado, un autor de la generación del 98.
Me pareció el más adecuado ya que
su obra literaria ha sido muy importante y ha tenido una gran influencia en
autores posteriores como en su hermano Manuel. Además, lo elegí por motivos
personales, ya que su vida esta relacionada con Castilla y León, de donde
proviene mi familia materna.
En cuanto a la programación de la Semana literaria, creo que
conseguí plantear actividades útiles a nivel didáctico y atractivas para los
alumnos. Lo cierto es que a medida que avanzaba en la programación, más
ilusión sentía por llevarla a la práctica, hasta el punto de que dude si
presentársela a mi tutora de prácticas para que lo llevara a cabo con sus
alumnos. Al final no lo hice, porque, como es habitual en muchos colegios, la
profesora contaba con poco tiempo para trabajar los contenidos de la asignatura
planificados para ese trimestre.
Lo cierto es que en la práctica
educativa, cuesta bastante trabajo encontrar tiempo para realizar actividades
de este tipo, lo cual es verdaderamente triste, ya que con este tipo de
actividades se pueden trabajar muchos contenidos, de una manera más lúdica y
atractiva para los niños.
Creo que es bastante habitual
encontrar niños, como yo, que al finalizar sus estudios tienen grandes lagunas
en cuanto a la cultura literaria de su país y esto puede deberse a que los
contenidos no se trasmiten adecuadamente, posiblemente por falta de tiempo y de
creatividad, y los niños no los aprenden de una manera significativa.
Creo que las actividades
prácticas pueden ser muy útiles y, en este sentido, estoy segura de que en el
futuro lo tendré en cuenta y buscare la manera de poder introducir ésta y otras
propuestas didácticas parecidas, dentro de la programación.
Desde hace tiempo, soy una firme
defensora de que, en educación, muchas veces es preferible enseñar poco y bien,
que mucho y mal. En muchos casos los profesores intentamos abarcar demasiados
contenidos, que se transmiten con una metodología magistral, y eso finalmente
resulta inútil y acaba por desmotivar a los alumnos.
“Dime
y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”
Benjamín Franklin
(1706-1790)
Bloque 4:
Animación a la lectura
Bajo mi punto de vista, este es uno de los
bloques más importantes de los que se presentan en la asignatura, ya que
nuestra labor fundamental, como profesores de lengua, es despertar en nuestros
alumnos la ilusión y el amor por la lectura.
Para ello, los niños tienen que comprobar que
no todos los libros se leen para aprender algo. Es más, la mayoría de los
libros que leemos a lo largo de nuestra vida, se leen por el placer de leerlos,
para descubrir historias nuevas o lugares diferentes.
Desde mi experiencia profesional he podido
comprobar que en muchos casos los niños leen sin ilusión; se ven obligados a
leerse libros, sobre los cuales después tienen que hacer trabajos costosos y en
muchos casos inútiles.
Muchos profesores utilizan los libros sólo
para evaluar la comprensión lectora, pero un libro tiene que ser un fin en sí
mismo, no un recurso de evaluación. Si cada vez que un niño se lee un cuento o
un libro, le preguntamos sólo por cuestiones de comprensión denotativa (qué ha
pasado o de qué color era la casa) y además le damos un feedback negativo si se
confunde o se equivoca, lo único que estamos consiguiendo es desvincular al
niño del mundo de la lectura. Que es exactamente lo contrario a lo que debe
aspirar un buen profesor.
¿Significa eso que
no se debe evaluar la comprensión lectora de los niños? No, significa que, como
profesores, debemos buscar otros medios para hacerlo, con otro tipo de textos
como canciones, recetas, instrucciones, etc…
para que los niños no identifiquen los libros o cuentos, con materiales
de evaluación.
Creo, firmemente, que es más útil, después de
una lectura, plantear cuestiones relacionadas con la comprensión connotativa;
preguntas abiertas que den la posibilidad a los niños de dar al cuento su
propio significado, identificarse con las historias o protagonistas y plantear
ideas alternativas. De esta manera, estaremos evaluando la comprensión del
argumento, a la vez de que despertamos la imaginación y la capacidad de
reflexión de los niños. Y es muy posible, que si un niño no se ha leído la
historia, la próxima vez tenga más ganas de leer lo que se propone en clase, ya
que de esa manera va a poder participar en las reflexiones grupales como el
resto de sus compañeros.
Cuando de mayores recordamos con cariño un
libro que leímos en nuestra infancia, posiblemente no recordemos cada detalle
de la vestimenta de los protagonistas, ni siquiera todo lo que pasó a lo largo de la historia,
pero sin duda recordaremos lo que ese cuento significó para nosotros, las
enseñanzas que nos transmitió o que nosotros interpretamos de manera natural y
las personas con las que compartimos nuestras impresiones. Eso es lo que
diferencia una lectura significativa, de otra que no lo es.
“Leer
un libro no es sólo entender el argumento, es entender también lo que significa
para ti”
Ana Martín Posada
Bloque 5: Creación
literaria
Desde el primer momento en que supe lo que
había que hacer en este bloque de la asignatura, sentí mucha ilusión y ganas de
llevarlo a cabo. Creo que la creación literaria es un elemento fundamental en
la formación de los niños. Con este tipo de actividad podemos trabajar muchos
aspectos al mismo tiempo, como la creatividad, la ortografía, la expresión
escrita, etc. y todo de una forma lúdica y divertida.
También me ha servido para entender que a la
hora de corregir este tipo de actividades, es muy importante centrarnos en el
contenido (las ideas y la forma de expresarlas) y no tanto en el aspecto formal
del trabajo (como la ortografía o la caligrafía), porque puede resultar muy
frustrante para los niños. Eso no significa que no puedas observar y tomar nota
de aquello que está mal, pero sería muy contraproducente devolverle a un niño
un trabajo repleto de correcciones. Lo que se busca fundamentalmente con este tipo de actividades es ilusionar al niño
por la escritura, despertar su imaginación y que se familiarice con diferentes
géneros literarios; no como un medio para evaluar.
Gracias a este trabajo he comprendido que en
este tipo de ejercicios, es importante que el profesor plantee alguna propuesta
a sus alumnos o alguna actividad para superar el efecto de folio en blanco.
Muchas veces los niños tienen problemas a la hora de empezar a escribir por
falta de ideas y es ahí donde el profesor juega un papel fundamental.
En la teoría de la asignatura, en el catalogo
de actividades, encontré muchísimas ideas interesantes para despertar la
imaginación de los niños. Las propuestas que me parecieron especialmente
interesantes fueron: el texto collage, el
cuento encadenado, el binomio fantástico y la hipótesis absurda. Sin embargo, en mi propuesta de creación
literaria, no incluí ninguna de estas actividades por falta de tiempo, ya que
tuve que centrarme en otras asignaturas, a las no había dedicado tanto tiempo a
lo largo del trimestre. No obstante, estoy convencida de que me resultarán muy
útiles en mi futuro profesional, ya que todas ellas son propuestas muy
interesantes y divertidas.
De lo que sí me siento muy orgullosa, es de
la creación literaria que hice en formato de libro. No era la primera vez que
lo hacía, pero sí la primera vez que lo hacía de una manera tan original y
creativa. Gracias a esta asignatura me he dado cuenta de que cualquier soporte
físico puede ser utilizado para albergar un texto escrito. Disfruté mucho
mientras lo hacía y viendo las caras de sorpresa y de ilusión de los niños al
finalizar el proceso.
En esta asignatura he aprendido muchas cosas;
cosas que, sin duda, me van a ser de gran utilidad el día de mañana.
Muchas
gracias :)
Muy buen artículo. Has olvidado incluir bibliografía pero, por lo demás, está estupendo.
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